3.5.09

Un año de hipocrecia

Alma Jaqueada

No busco un dios que me ampare,
si un compañero y voy orando
como un loco reclamando
deslegitimado lamento
por el traicionado juramento.

Ayer risa amiga.
Hoy firme espina.

Cual tierno cordero, que entra al matadero
sonriente, enamorado del recuerdo,
pero la saña te ha cambiado o nunca fuiste,
como tonto sorprendido, quedo triste.

Mi herida que no cierra
como mi alma de contino erra
buscando respuesta
a tu brutal absurda propuesta.

Ayer hombro amigo.
Hoy cruel asesino.

Pero he de esta perdida aprender
es la única manera de vencer:
¡Nunca volveré a confiar!
Sino me habrían de traicionar.

No fuiste risa amiga: Si tonta carcajada.
¿Hoy firme espina?: Mas bien loca navajada.
No fuiste un hombro amigo: Si un espía de mis penas.
¡No puedes ser cruel, pues necesitas sangre en las venas!

26.4.09

Gritos en su interior

Solo unos días antes de que él naciera, su abuela había muerto, por casi dos décadas había sido la curandera del pueblo marginal, que ya se había fusionado con el éste de la ciudad. Muchas veces sintió las miradas dirigidas hacia su madre, por los más supersticiosos de la comunidad que recurrían a la casa donde aun vivían, pidiendo favores de ultra mundo, insistiendo que los poderes de la madre habían sido gestados en pleno embarazo, y por eso la bruja se veía tan débil en esos meses.

El viejo Juliano caminaba por la vereda, cabizbajo, con el rostro fruncido, mas arrugado que de costumbre, la visión fue breve, pero pronto Matías supo que cada paso del anciano eran los suyos y sin perder el hilo la transmutación se concreto y el último vestigio de Juliano se desvaneció.
El joven anduvo por esa vereda junto a una calle de tierra, tan descuidada como hacia muchos años no veía en su barrio, no tenia en mente donde iba y tampoco que no tenía una meta, hasta que Gabriel, un amigo de la infancia se presentó. Una sonrisa y un abrazo fuerte mediaron a las palabras, Matías percibió que lo había soltado demasiado pronto y sintió un poco de pudor, por impregnar a ese momento perfecto un dejo descortés.
― ¿Como estas? Te vine a invitar a comer un asadito…―
― Y que puedo decir… Ahora bien ― Las últimas palabras las soltó entre sonrisas. Luego de unos pasos entraron al patio de una casa venida a menos, donde varios amigos que no tenían conexión posible con Gabriel estaban allí, solo entonces todo le cerró a Matías o le pareció evidentemente, era un sueño.
― Voy por un encendedor a casa, Gá. ―
― Esta bien, pero no te vallas a quedar dormido ¡Eh! ― Entendió que sus palabras estaban influenciadas por la conciencia de la realidad en que estaba inmerso, Matías sonrió nuevamente y corriendo intentó echarse a volar, pero solo pudo planear torpemente, el dominio de los sueños lo hacia sentirse tan eufórico, pero lo que mas le gustaba era volar, ahora esa habilidad parecía estarle vedada, aunque batía sus brazos, algo le pesaba mas de lo que su voluntad lo alivianaba.
Aunque se sentía incompleto disfrutaba simplemente el hecho de encontrarse con las miradas desaprobadoras de las viejas que barrían la vereda con su delantal de cocina y sus ruleros bajo las redecillas o las cofias de baño. Se aferró en el tronco de una palmera y se dio envión, reboto en el semáforo de una avenida y la cruzo viendo los automóviles desde arriba, riendo y temiendo luego, al comprobar que su altitud se perdería antes del fin de la ancha Libertad, por fortuna al rebotar contra el suelo la luz roja lo había protegido.
La idea acudió a su mente, o a la representación de ella en esa realidad ― Tengo que encontrar chicas, en este mundo soy dios… ― Pero simplemente supo que no las había, la ciudad estaba poblada de casas bajas y vacías, pronto un ojo se le agudizo, como si fuera un gato que halla su presa, una silueta estaba a unos doscientos metros. Cambio de dirección haciendo un esfuerzo con su mente y su cuerpo, picó en la medianera de una casa, luego en otra y dando saltos lentos pero altísimos se fue acercando como en una caminata lunar. A medida que llegaba a su presa, su mente iba apilando la multiplicidad de ideas y otra extensión suya la iba predisponiendo a ella para que lo esperara de la forma que a él más le convenía. Solo necesitaba unos tres saltos más, podía ver su cuerpo estilizado, su cabello rizoso, de pronto, algo le pareció familiar en el ambiente. Al fin había llegado, se quiso posar con gracia en la medianera de ladrillos húmedos, muy rojos, pero atónito vio al viejo Juliano que muy risueño maquillaba a su nieta, quien le dirigió una mirada triste que refería a su invasión ultrajante.
Bajo de un salto, ya pesado, y fue horrorizado hasta la puerta de su cuarto, falsamente amparado por la oscuridad de su hogar, que lo encontró extraño, sus pasos eran lentos y el cuerpo le dolía como si hubiera sido castigado toda la noche. Al abrir la puerta la niña estaba en su cama, con la ingle llena de sangre, tras un dedo acusador, su mirada firme pareció pronunciar unas palabras que de alguna forma le resultaron muy familiares.
‹‹ ¡Voy a cruzar la medianera y te voy a acusar, todos lo van a saber! ››

Matías despertó consternado, con los recuerdos del sueño difusos, pero la ultima imagen bien parecía clarificarlo, no podía entender porque había hecho eso en su sueño, violar a una niña, a su vecina, se preocupaba por la cruz que él cargaría todo aquel día.
Aun dentro del baño, al cerrar la canilla del agua caliente oyó el llanto de una mujer desesperada.
― Bendiga su cuerpito Señora, es lo único que le pido, murió niña, tan solo once añitos…―
― No tengo los poderes de mi madre, ya se lo dije. Adiós. ―
Matías vio a su madre, Graciela estaba con los ojos cerrados, apoyada en la puerta cerrada. Creyó reconocer culpa. Con la frente en alto le dijo ― Esta herencia trunca me hace enterarme de todas las tragedias del barrio, murió la nieta de don Juliano, se disparo con su arma en la ingle mientras jugaba. ― Matías supo la verdad y entendió que la cruz era mas grande y lo perseguiría toda su vida.

Fin

10.11.08

Soy Tristeza (12-12-04)

El amor no golpea mi puerta, la patea y la derriba,
me toma y ultraja los sentimientos mas puros,
me doma y quiebra mi espina.
Me muestra su rostro y se mofa de èl.
Donde estas dulce compañera?...Solo me dejaste,
cenizas en el corazòn.
Despluma mis àngeles, derrocha mis arcas,
me desviste de toda virtud
hasta quedar rebajado, siendo su igual,
un alma pobre, que ni pena tiene.

Ya no soy verdadero,
hoy soy un nada, un tristeza,
un tragedia, un verguenza.
La vida es asi, nada me lo ha de quitar,
el No-Olvido es el Dios de mi destruccion circular.
Esto es absurdo y mi tristeza es lo que se explotar
y yo con ella, pues ella soy yo.
-la adusta ida, la dulce vuelta-
Uno se acostumbra tanto a las lagrimas...
¡Que hasta llora de felicidad!

Mi alma se ahoga en mi llanto,
junto a los cupidos que sin plumas no volaran,
y para salvarse, usan sus flechas para desgarrarla...
...envenenandola aun màs.
La esperanza se mezcla con el barro y
no la reconosco.

"He de derramar una làgrima por cada
sonrisa que me regalaste"

5.10.08

Luego Todo

Luego Todo


La noche como cualquiera a diferencia del agujero de la cerradura que estaba mucho mas reducido que veces anteriores, tras una breve lucha entro en la casa, cerro la puerta con la izquierda y con la derecha se estiro hasta un montón de diarios, plegándolos, sin quitar atención de la gran cucaracha que por momentos se duplicaba sobre la mesada de mármol claro. Su ebrio sigilo pronto fue advertido, la criatura paraba sus antenas como si estas le sirvieran fielmente antes que una rauda huida. Ignacio nunca supo con que se tropezó, pero el suelo estaba frío y sucio, antes de despegar su nariz del mosaico pálido, vio como la cucaracha desafiaba toda ley de gravedad bajando por el Kohinoor y pasando temeraria con su ser dual.

La persecución los llevo al cuarto de baño, una de ellas se había desvanecido, la otra posada en la bañera pareció observarlo con sus largas y dentadas antenas, se miraron unos segundos, como duelistas, era tan delicada que no quiso actuar antes de pensar, pero en ese instante ella de un movimiento que pareció único se escurrió por una grieta entre dos azulejos. Ignacio había sentido que esos apéndices lo habían invadido telepáticamente, leyendo sus intenciones ― Podríamos ser aliados, quizás no son tan malas como cree Sofi.― pensó mientras su comisura se curvaba economicamente, por un instante creyo que sus labios con su lengua formarian ese signo <<$>> entonces el artrópodo se asomo, como una gota de sombra sin cuerpo.

Un ruido los llamo en la cocina, Sofi se habría despertado con el alboroto, ella aborrecía a las cucarachas ― Desconocía sus poderes.― Pensó. Se acerco a la puerta, no sin antes espiar, un tipo de aspecto desahuciado lo miro y antes de la interpelación cerro la puerta, el golpe amortiguo todo estruendo, de pronto sintió que el suelo no estaba tan frío ni sucio, de hecho estaba muy caliente y acogedor.

Luego Nada.

20.5.08

Había llegado su hora!


Había llegado su hora, después de una serie de inspecciones llegaba su Hora de Fuego, atravesó el umbral y camino por la tungstenica habitación, al otro lado de esta se encontraba una gran puerta que se saltaba del diseño. Ya lo había estudiado una veintena de veces, pero aun así espero la señal de su profesor, la tomo por el picaporte abriéndola, al cerrarla detrás de si sintió como que dejara algo olvidado, algo muy necesario para el viaje. Soltó el mango, lo tomo nuevamente. Nada pareció cambiar, pero al girar el picaporte este se encontraba diferente, mas liviano, antes de abrir la puerta había cliqueado el cronometro, tenia una hora para deambular por el tiempo, doce de febrero de mil nueve cuarenta y cuatro le había sido asignado, desde las 13:00 a las 13:59:99 y décimas. Deambulo por la habitación, le parecía tan antigua, pero sabia que era todo lo contrario, escuchaba los silbidos de las balaceras y el corazón parecía latirle por primera vez, comprobando lo que sus ojos habían antes leído o visto en el turbo-visor.
Cada instante era emocionante, la luz era mas pesada allí afuera, podía ver las ruinas, entre las cortinas de filigrana, a pocos metros, sabia que la ciudad entera iba a ser destruida por el bombardeo a las 14:01:87 en punto y entonces la vio, una niña con su muñeca a cuestas, tratando de encontrar refugio tras las anquilosadas puertas por sus marcos fuera de escuadra. A sabiendas de que no iba a modificar nada, la guió con una seña y la ayudo a subir los desmoronados escalones, los ojos miraron los tablones –creyendo salir de la sartén para caer al fuego – la envolvió en unas frazadas que había sobre un camastro sin colchón del primer piso de la mansión y tubo que volver por la puerta, su Hora de Fuego había concluido.
El recuerdo de la niña envuelta en su destino torturaba sus últimos momentos en aquel milenio, quiso volver para llevarla, pero algo superior no se lo permitió. El picaporte volvió a su pesadez anterior, pero cuando entro a la tungstenica habitación su profesor no estaba esperándo, tampoco el equipo de inspección ni el umbral, en su lugar una puerta sin cerradura. Paso horas tratando de pedir ayuda, escrutando las rendijas, buscando las llaves. Luego comprendió que la habitación de tungsteno había cambiado, pensó que en el siglo veinte había dejado salir algo de aire cuando ayudo a la niña o que ella le había quitado un botón a su chaqueta y había desmoronado la estructura histórica, habiendo emergido en otra, sonrió nerviosamente mientras se creía poca cosa, con la seguridad de que pronto podría desvelar la verdad. Para bien o para mal.
Pronto, o no tanto, un mar de pensamientos ajenos comenzaron a oírse como susurros, murmullos bulliciosos hasta convertirse en gritos fastidiosos, parecía poder escuchar sus propias dudas futuras, antes de siquiera planteárselas. La puerta se había abierto sin emitir sonido, una figura de su complexión había entrado y asombrada exclamo algo que se difumino en el contacto, los ojos se miraron, eran idénticos, – el mismo par –, la mano sobre la mano – la misma mano – habían definido el dilema.

Fin

10.1.07

Letanias a Jesús

LETANIAS A JESUS

Jesús de Galilea
para mí no eres Dios;
eres sólo una idea
de la que marcho en pos.

No me humillo ni ruego
a tus plantas, Jesús;
llego a ti como un ciego
que va en busca de luz.

Jesucristo, eres nuestro
más grande innovador.
Profeta¡no! Maestro
de piedad y amor.

No le niegues al mundo
la gloria de tu ser,
que en su vientre fecundo
te engendró una mujer.

Pastor de la gleba,
sabio teorizador
de la turba que lleva
el signo del dolor.

¡Oh, si fuera divino
el destello de luz
que alumbró tu camino...
¿Que valdría tu cruz?

Tu doctrina redime,
de ella vamos en pos.
Como hombre, eres sublime.
¡Pequeño como Dios!


El Verdadero:
Almafuerte, Poeta Nacido en San Justo en 1854 y muerto en La Plata en 1917, es una de las voces mas populares de la poesía argentina, cuya etica marcó a varias generaciones de lectores, sin nunca perder actualidad. Su tono estimulante y profetico, de inspiracion biblica, con caudalosa vertiente social y humana merecio los mas altos elogios que poeta alguno haya tenido en el pais.

2.1.07

La Flor Roja

Sabíamos que lo nuestro no seria duradero,
Nosotros estaba condenado, biológicamente limitado
y nos mofábamos de ello, como jugando con el tren.
No creí que tu partida me dolería tanto...pero aquí estoy
Llorando.

Así es, mi alma, hoy, no encuentra consuelo...
De vez en cuando te enciendo una vela,
su roja flor es como una lagrima invertida,
un faro que te llama, una lengua que te grita...

Camino y miro el suelo, no te veo en el cielo
las horas pasan, lagrimas de plomo se escapan...
Aire que ahoga no quiero mas para cualquier Nosotros.

Te fuiste en tu ley...ya lo se.
Tuviste un estilo, hasta el final, eso lo respeto,
aunque me cueste tu compañía. Te quiero mucho
eso no cambia ni con la muerte...Me queres mucho,
lo se, lo siento.

Pero... ¿Porque tiene que ser así?

City Bell 3-3-5

3.9.06

Pequeño secreto

El manto de la noche había caído, el mundo humano era un conjunto de lejanos susurros. La Muñeca de Trapo, despertó y los botoncitos cosidos a su cabeza, se transformaron en ojos verdes. Se deslizo por debajo de los dedos de la gran humana que la tenia prisionera y se dejo caer por entre las cobijas, escondiendo el bulto. Camino hacia la titánica puerta, que estaba levemente entreabierta. Otros juguetes ya animados hacían lo mismo, perros, conejitos y osos de felpa saliendo de cajas; muñecas plásticas y bebotes de goma, levantándose del piso; resortes, ranas a cuerda y mariposas mecánicas saltando de los estantes.
La horda de construcciones se dirigía al pasillo, La Muñeca de Trapo no era una mas, todos miraban su gran bulto, mal disimulado; los rezagados, quienes se arrastraban, pronto iban encontrando sus extremidades faltantes y las reunían con sigo mismos. La Muñeca de Trapo vio a La Flor que Baila con Música, -Que triste.- pensó, pues en el mundo de los juguetes el silencio era sagrado y ya que en el día dormían, su motilidad quedaba reservada a los amos orgánicos, era victima de su identidad, la dejo atrás, como todas las noches.
Se detuvo a esperar en su esquina del pasillo, donde los autitos doblaban hacia la sala de estar, algunos habrían sus puertitas para llamarle la atención, otros mas tecnificados poseían luces que parpadeaban -¿Que pasaria si supieran mi secreto?- pensaba, mientras sonreia perdiendo la mirada.
Uno de los autitos se salio del camino y se detubo frente a ella, era su amigo, una replica de un taxi neoyorquino, Taxi-Boy.
-¿Espero mucho señorita?- Dijo el Taxi dandole un acento japones al silensioso idioma de los juguetes.

-Pasaron muchas horas desde ayer, estaba creyendo que el niño te habia roto.
-Nos tienen en una vitrina, por lo menos hasta completar la colección, no nos usan.-
La Muñeca de Trapo se quedo pensativa, con la mirada extraña y dirigida a un socalo, ella no era de colección y tenia defectos de fabrica.
-Tengo un buen lugar donde ir.- Agrego Taxi-Boy, despavilandola.
La Muñeca de Trapo miro a ambos lados y al ver que estaban solos, puso su bulto en el asciento trasero del Taxi-Boy y luego se fueron rodando hacia la puerta de salida. Sintieron pena por los demás juguetes, que no tenían el valor de abandonar el mundo de los humanos.

21.7.06

Besos sin labios

PD: perdón por las faltas, mi alma apenas habla el castellano.

Tic.
Tac.
Tic.
Tac.
Tic.
Tac.
Cuando uno ve al demonio e intenta enfrentarlo, para luego entender que se debe convivir con él, pues es invencible, pero repetible...
Lo vi, lo enfrente, o eso creí. Convivo con él. Por consiguiente soy su aliado.
Disidente.
La vida es críptica. La muerte no.
¿Cómo destruir al Mal cuando habita en la sangre de mi padre, en mi amigo, en el reflejo de mis palmas juntas cada mañana?
No hay solución. No ante mis ojos. No hoy.
Entierro mis pensamientos en mis sentimientos, una bomba esperando su cero.
Timer: 3, 4.076, 5, 386, 403, 2, 16, 17, 982...
Mi voz abandono mi boca cuando la luz tus ojos.
Mi nariz no es tal cosa, sino una mentira, no reconoce al humo puro, lo confunde con el sucio oxigeno.
Falsa confusión: Dios esta arriba, abajo o mi dios sos vos?
Dios se flagela, lloro. Mis lagrimas caen en mis labios secos, las trago.

La mano que empuña el látigo me señala una vez mas y me convence de omitir lo que sigue.